La historia detrás de este chocolate es asombrosa: después de descubrir que la esclavitud aún existe en algunas plantaciones de cacao en África Occidental, el periodista de televisión holandés Teun van de Keuken se concienció hasta tal punto que se entregó como “criminal del chocolate”, por haber comido chocolate producido por esclavos. Para crear un caso ante la justicia, convenció a cuatro niños que habían sido esclavos de una plantación de cacao en Costa de Marfil para que testificaran en su contra. En 2007, el fiscal general holandés desestimó el caso por estar fuera de su jurisdicción.
Teun decidió entonces producir su propia barra de chocolate, libre de esclavitud, honesta y de comercio justo. Fue un éxito inmediato en Holanda y en los países vecinos. El 6 de febrero de 2007, un fallo judicial de Ámsterdam reconoció oficialmente que el chocolate Tony’s Chocolonely se producía sin esclavitud.
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